El verano de 2008 quedará en mi memoria como esos días de mierda en los que no hice otra cosa que sufrir Economía.
Pero además, entre los costados de esos recuerdos, quedarán un par de charlas sobre lo que no es más que esa otra construcción, esa elucubración que (al igual que la economía) intenta modelar una realidad inmodelable.
He envejecido entre diálogos (no quiero decirlo pero es la palabra perfecta) vicentinos. Y lo que queda es sólo duda.
No hay nada escrito (o al menos no he leído nada) sobre la teoría del asco de FG. De los diálogos sólo puedo reconocer ese odio que a uno le queda. Yo detesté la teoría desde que G la propuso. Yo sufrí cada dato que él compiló para defenderla.
¿Pero cómo hacer que la gente vea eso? ¿Por qué sufrir el arte si no tiene resultado tangible en la sociedad? ¿Fe en un futuro distinto a este presente precario y apocalíptico? ¿Para qué?
Cada día el mundo nos hace más insensibles a todo. Y como consecuencia a ese juanete de emociones, ese cayo en la melancolía, el asco gana caminando una carrera que debería ser el único sentido de nuestras vidas.
Pero lo que más jode es que no haya esperanza. Lo que más choca es que, a medida que perdemos hombres en esta batalla, el vulgus se pierde en una insensibilidad que le impide no sólo repudiar el asco, sino que, para peor de peores, no permite apreciar el anti-asco.
Y no entender que los contornos también albergan esencia es malo para todos. Porque para que ese anti-asco sea apreciable hay que decir cuidado, ahí hay arte.
(Be Award. There’s art)
Gracias por el espacio, Grasso. Usted es otro de esos. Y espero paciente el manuscrito anticipado del Libro 10 con la teoría del asco desarrollada.
Termino como empecé, recordando momentos que conmueven:
There’s a Light that never goes out
Take me out tonight
Where theres music and theres people
And theyre young and alive
Driving in your car
I never never want to go home
Because I havent got one
Anymore
Take me out tonight
Because I want to see people and i
Want to see life
Driving in your car
Oh, please dont drop me home
Because its not my home, its their
Home, and Im welcome no more
And if a double-decker bus
Crashes into us
To die by your side
Is such a heavenly way to die
And if a ten-ton truck
Kills the both of us
To die by your side
Well, the pleasure - the privilege is mine
Damián M. Díaz