17.5.08

palabras desde la enfermedad


repito cosas todo el tiempo. redundo. ese es el papel del novelista.
pero cada tanto me acuerdo de que todo tiene un sentido global y me molesta.
no quiero eso. no quiero más eso.
No quiero tener que seguir escribiendo con punto, comas y mayúsculas. Ni hablar de los acentos.
quiero desprenderme de todos los modelos que tomé como míos y los construí alrededor de lo que se supone mi estilo.
ser algo un poco más vivo que la aleatoriedad de las estructuras narrativas pansimétricas que compongo. Para qué carajo escribir novelas estructuralmente tan complicadas si sólo yo veo las formas? Por qué no contar la vida, simple y aparentemente simple? Por qué no retratar el mundo que me rodea y con eso desdoblarme como ser?
Leo treintanera.blogspot.com y se me mueve el mundo. Por qué tengo que estar tan atado a normas y conceptos que yo mismo construí? quiero su libertad. Quiero su dinámica, su sinergia.
Quiero muchas cosas pero sé cómo va a terminar esto.
Escribiré un arco paralelo a lo que carajo esté escribiendo en ese momento (Ahora estoy en el Libro 10) y usaré a Robertita como disparador. Le daré un poco de libertad y la construiré con una concatenación de anécdotas extraídas de su blog en forma de homenaje. Novelaré su vida, como hice con Damián, porque algo en ella (por lo menos en su identidad virtual) me fascina. Entonces esto más que lo que hice con Díaz es lo que hice con Weiss.
Adonde iba? ah... a ningún lado. Esa era la idea. Quiero no ser y por eso ser más simple. O algo así. Las construcciones más complicadas siempre encierran a su creador, sino miren a Dédalo y su laberinto.
Ah, ya sé. No soy yo. Es mi enfermedad hablando.
Suerte que nada tan poco pensado ni estructurado ni diagramado puede existir en mis novelas. Eso es cuestión de Transvarious, el espacio entre novelas.

Federico "Enfermo" Grasso.

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